Aspectos del cultivo del maíz y frijol


El cultivo del maíz en Colombia
La Federación Nacional de Cereales “Fenalce” agrupa en mayor parte los productores de maíz que hoy en día se extienden por la mayor parte del país, pero muy especialmente por los departamentos de Meta, Valle, Tolima, Cundinamarca y Antioquia, con sus variedades de maíz blanco y amarillo, sin embargo, la Federación de cerealistas hace ingentes esfuerzos para aumentar su producción, puesto que el consumo siempre es mayor y es preciso acudir con frecuencia a los contingentes de importación. 
El maíz para consumo humano es de vital importancia en la dieta de los colombianos, puesto que de allí se producen las arepas y otras delicias culinarias, como las harinas para diferentes variedades de envueltos y recetas de cocina. Requiere de una temperatura de 25 a 30 grados, bastante incidencia de la luz solar, su cultivo debe estar bien alimentado por aguas así sean lluvias, puesto que le permiten mantenerse en su estado de conservación natural. 
Se adapta a todo tipo de suelos, pero es muy importante que antes de proceder a su siembra se haga el estudio correspondiente con la práctica de los germinadores, que nos da una idea concreta de lo que va a ser el comportamiento del cultivo en general.

Un buen maíz para consumo humano debe tener la siguiente tabla proteínica: humedad: 12,0 – 13,0; almidón: 65,0 – 70,0; azúcares: 1,0-2,0; proteína: 10,0 -11,0; grasa: 4,0 – 5,0; fibra: 2,0- 2,5; ceniza: 1,0 - 2,0. Estos parámetros no son regulatorios, pero sí se deben tomar como punto de referencia para obtener una producción lo más acertada posible.


FRIJOL


Dentro de las leguminosas de grano, el fríjol es de las más importantes para el consumo humano. Se cultiva en 129 países de los cinco continentes y se estima que unas 400 millones de personas en los trópicos lo consumen. América Latina es la zona de mayor producción y consumo, se calcula que más del 45% proviene de esta región donde es considerado uno de los productos básicos de la economía campesina. El fríjol común brinda un alimento altamente nutritivo, que contiene proteína, fibra, carbohidratos complejos, vitaminas y micronutrientes. Por tanto, el fríjol refuerza significativamente la seguridad alimentaria y nutricional entre los consumidores de escasos recursos, al tiempo que reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes.





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